China se ha consolidado como el líder indiscutible en la producción de energía solar fotovoltaica, impulsando la transición hacia las energías renovables en un esfuerzo por combatir el cambio climático. 

Entre 2010 y 2022, China, la Unión Europea (UE) y Estados Unidos han aumentado significativamente su capacidad de producción solar. China, en particular, ha mostrado un crecimiento explosivo, pasando de 1,0 GW en 2010 a 393,0 GW en 2022, con una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) de aproximadamente 25% desde 2017. En comparación, la UE y Estados Unidos alcanzaron 205,5 GW y 113,0 GW, respectivamente, con tasas de crecimiento de 16% y 21%.

Este impresionante avance ha permitido a China dominar la producción de componentes de energía solar, controlando alrededor del 80% de la cadena de suministro global de paneles solares y empleando a 2,76 millones de personas en la industria. En contraste, la industria solar en Estados Unidos y la UE emplea a 264.000 y 648.000 personas, respectivamente.

Un hito significativo en este dominio es la reciente inauguración de la planta fotovoltaica más grande del mundo en Xinjiang, conocida como el proyecto solar Xinjiang Midong. Esta planta, con una capacidad de 3,5 GW y más de 5,26 millones de paneles solares, se extiende sobre 32.947 acres y generará aproximadamente 6.090 millones de kilovatios-hora de electricidad anualmente. La construcción de esta planta, llevada a cabo por una filial del China Green Development Investment Group, requirió una inversión de 15.450 millones de yuanes chinos (alrededor de 2.130 millones de dólares) y se completó en etapas.

Además de liderar en capacidad de producción, China ha adoptado enfoques innovadores en sus instalaciones solares, utilizando terrenos desérticos que no requieren nivelación, y desarrollando proyectos comunitarios que hacen accesible la energía solar a más personas mediante modelos de suscripción que ofrecen ahorros en las facturas de energía.

La energía solar fotovoltaica, que generó alrededor del 4,5% de la electricidad mundial en 2022, sigue siendo crucial para la lucha contra el cambio climático, al reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y limitar el calentamiento global. China, al crear el 38% de la nueva capacidad solar global en 2022, se posiciona para alcanzar su objetivo nacional de instalaciones eólicas y solares para 2030 en 2024, seis años antes de lo previsto.