Costa Rica, reconocida por su rica biodiversidad y compromiso con la sostenibilidad ambiental, está trazando un camino inspirador hacia una generación de energía completamente renovable. Con metas ambiciosas y medidas proactivas, el país busca capitalizar sus abundantes recursos naturales para lograr un futuro energético sostenible, aunque todavía se enfrenta a algunos desafíos importantes.

Iniciando su travesía hacia la energía renovable en la década de 1970, Costa Rica ha aprovechado con éxito su recurso hídrico para generar más del 70% de su electricidad a través de la energía hidroeléctrica. Sin embargo, la variabilidad del clima plantea retos para esta fuente de energía. Ante esto, el país ha estado diversificando su matriz energética, recurriendo a fuentes de energía renovable alternativas, como la energía eólica, solar y geotérmica.

La energía eólica ha demostrado ser particularmente efectiva en Costa Rica, aprovechando su terreno montañoso y los constantes vientos alisios para generar electricidad. La capacidad de energía eólica del país ha experimentado un crecimiento notable, con varios parques eólicos a gran escala en funcionamiento.

La energía solar y geotérmica también están en la mira del país, aunque su adopción ha sido más lenta debido a los altos costos iniciales, la falta de incentivos gubernamentales y las preocupaciones medioambientales relacionadas con la explotación de estos recursos.

Sin embargo, el sector del transporte sigue siendo un desafío para Costa Rica, con una dependencia significativa de los combustibles fósiles. Aunque el país ha promovido el uso de vehículos eléctricos y el transporte público, la adopción ha sido lenta. La modernización de la red eléctrica para soportar la creciente proporción de energía renovable también es una prioridad para garantizar la confiabilidad de la red.

Pese a estos desafíos, Costa Rica ve oportunidades para la colaboración regional, potencialmente exportando su exceso de energía renovable a países vecinos, ayudando a disminuir su dependencia de los combustibles fósiles y promoviendo una mayor sostenibilidad a nivel regional.

Costa Rica está demostrando que el camino hacia la energía 100% renovable, aunque desafiante, es viable y ofrece numerosos beneficios. Con su compromiso continuo con las inversiones en energía renovable y la colaboración regional, el país sirve de modelo para otras naciones que buscan trazar su camino hacia un futuro energético más sostenible.