El 2023 ha sido un año sin precedentes para la energía eólica a nivel global. Según el último Informe Eólico Mundial del Consejo Mundial de la Energía Eólica (GWEC), el mundo ha testificado una instalación récord de 116 gigavatios de nueva capacidad eólica, lo que representa un impresionante aumento del 50% con respecto al año anterior. Este crecimiento señala no solo un avance tecnológico, sino también un compromiso renovado con las metas climáticas internacionales.
China, Estados Unidos, Brasil y Alemania han sido líderes en este auge, con importantes aportes también de los Países Bajos, especialmente en energía eólica marina.
Más allá del crecimiento cuantitativo, el informe de GWEC subraya una tendencia alentadora hacia un futuro más verde. Siete países, incluidos Albania, Bután y Paraguay, ya generan el 100% de su electricidad a partir de fuentes renovables, ejemplificando el potencial de un modelo energético sostenible.
A pesar de estos avances, el camino hacia la transición energética es largo. Se necesita un aumento significativo en la capacidad instalada —al menos 320 gigavatios anuales hasta 2030— para cumplir con los objetivos climáticos establecidos en la COP28.
En resumen, mientras la energía solar continúa su ascenso, representando el 37% de la capacidad total mundial de energías renovables y predicciones apuntan a que se convertirá en la principal fuente de energía del mundo para 2050, la energía eólica juega un papel crucial en el presente.