Tras el reciente evento del 28 de abril que puso a prueba la resiliencia del sistema eléctrico, la Asociación Empresarial Eólica (AEE) ha publicado un documento esencial para aclarar y contextualizar el papel vital de las energías renovables, y en particular la eólica, en la estabilidad de la red. Este análisis técnico busca disipar dudas y ofrecer una perspectiva rigurosa sobre cómo esta fuente de energía contribuye activamente a un suministro eléctrico seguro y fiable.

El documento de AEE subraya varias características fundamentales de la energía eólica que son cruciales para la estabilidad del sistema. Destaca cómo los más de 1.300 parques eólicos operativos son elementos activos en la gestión de la red, aportando servicios necesarios. Asimismo, pone de manifiesto la elevada capacidad de previsión de la producción eólica, superando el 95% de precisión, lo que facilita la planificación y gestión de la red. Otro punto clave es la función del rotor y la inercia que aportan en momentos críticos, como caídas de tensión o picos de demanda, actuando como un contrapeso natural. La constante innovación tecnológica, incluyendo avances como el grid forming o la hibridación con sistemas de almacenamiento como las baterías, permite que la eólica se comporte cada vez más de forma similar a las centrales síncronas convencionales, integrándose de manera más fluida en la red eléctrica moderna, alineándose con tendencias clave del sector energético.

La contribución de la energía eólica va más allá de la simple generación de electricidad; es un pilar fundamental para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Su expansión contribuye directamente al ODS 7 (Energía asequible y no contaminante), proporcionando una fuente de energía limpia y accesible que reduce la dependencia de combustibles fósiles. Simultáneamente, juega un papel crucial en el ODS 13 (Acción por el clima), al evitar millones de toneladas de emisiones de CO2 a la atmósfera cada año, el equivalente a sacar de la circulación miles de vehículos o plantar vastas extensiones de bosque. Este impacto dual subraya la relevancia estratégica de la eólica en la transición energética global.

El análisis de AEE nos recuerda que las energías renovables no son solo fuentes de energía limpia, sino elementos activos y tecnológicamente avanzados que desempeñan un rol creciente en la estabilidad y seguridad del sistema eléctrico. ¿Estamos preparados para integrar plenamente estas tecnologías y aprovechar su potencial para un futuro energético más sostenible y resiliente?

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